A partir del año 2008, comenzaron en Temuco los preparativos para la construcción del primer estacionamiento subterráneo de grandes envergaduras en la plaza M. Recabarren y Aníbal Pinto de dicha ciudad. Este avance tecnológico cuenta con una inversión de 7 millones de dólares, una vez terminados pasarán a concesión por 30 años, y posterior a esto pasarían a ser patrimonio municipal. Es bueno dejar claro que estos estacionamientos estarán no bajo las plazas, sino, serán ubicados bajo las calles.
Pero la razón principal por la cual fue sucitado este proyecto, por el ex alcalde Francisco Huenchumilla es en resumen, el crecimiento del parque automotriz, el óptimo uso del suelo urbano central y el potenciamiento del centro de Temuco,éstas fueron las razones centrales que tuvimos en vista para este proyecto estratégico para el desarrollo de Temuco.-
Pero que sucedió con los arboles añosos, vistos por muchas generaciones y de gran atracción de público, y más bien, que se imponían como mártires de las escasas áreas verdes que quedan en esta ciudad.
Si bien no fueron cortados, sólo se hizo una acción políticamente más agradable al público, fueron extraídos al parque isla cautín y trasplantados, pero qué efectividad tuvo esta medida, ¿la municipalidad y sus responsables han entregado algún informe sobre el estado de estos árboles?. Por lo visto no y se hizo vista gorda sobre este tema.
Mas que una crítica a la medida es una reflexión, debido a que también tenemos que pensar qué monetariamente son más valiosos, 7 millones de dólares, un par de automóviles o árboles de 30 o 40 años, porque también lo podemos ver de otra forma aunque un poco más extremo, es factible pensar que en muchos años más cuando estos estacionamientos sean insuficientes verán la posibilidad de seguir derribando árboles, o remover el escaso río cautín, etc.
Cada persona razone como sea mas importante éticamente, si es mejor la tecnología y sus avances o la naturaleza…..
Roberto Aguilera S.
Personalmente me da pena lo que ocurrio con los arboles, creo que ellos le daban vida al centro de Temuco, donde por cierto, cada vez es mas escaso encontrar algun area verde, ya que siempre hay motivos para arrancarlos. Considero que claro, el tema de los estacionamientos es algo que puede ser visto como positivo, pero que pasa con nuestros patrimonios?...cual es el limite en todo esto?
ResponderEliminarEs difícil poner en la balanza a la tecnología y a la construcción junto con los árboles y el medio natural.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en lo cuestionable que puede llegar a ser la construcción de estacionamientos y edificios en pos del crecimiento de la ciudad sin tener en cuenta la protección del medio ambiente en que vivimos, pues eso lo hemos visto en diversos proyectos a lo largo del país que impactan el medio ambiente.
Sin embargo, si consideramos el beneficio que pueden proporcionarnos los estacionamientos, nos daríamos cuenta (desde una perspectiva bastante optimista) que contribuirán a la descongestión de las calles céntricas de Temuco y eso no es un tema menor. Debemos recordar que el nivel de congestión y contaminación acústica y atmosférica en Temuco es bastante alto y estos estacionamientos nos permitirán disminuir esos niveles si lo entendemos desde esa perspectiva.
Es claro que es una opinión muy positiva de lo que ocurre y con ello no quiero dar a entender que todo es perfecto, es por eso que no se puede ignorar los costos que esas construcciones han acarreado a la comunidad, como el desorden para el tránsito peatonal y lo incómodo que resulta trasladarse para llegar al centro, menos aún lo que ocurre con los colectivos que antes nos dejaban en pleno centro ahora sólo lo acercan uno tres cuadras más atrás.
Ahora respecto a los árboles que fueron retirados, debemos esperar a que éstos sean nuevamente reinstalados una vez que se cumplan los trabajos, pues esa es la orden que tienen las empresas a cargo de la construcción y a nosotros lo que nos queda es velar porque ello se cumpla.
Con todo esto, quiero intentar ver la cosas de otra manera y no que todo es negro o todo es blanco, hay matices que en el fondo nos permitirán acomodarnos a la realidad en la que estamos.
Bueno en lo personal, en mi ciudad Villarrica con la construccion de la Costanera, sucedio algo parecido, aca se iban a cortar los arboles ( boldos de mas de 100 años), pero la comunidad en pleno salio a las calles y a traves de los medios de comunicacion se logro hacer de que el proyecto incluyera a estos añosos arboles y asi no quitar un pedazo de la historia de mi ciudad de un solo corte, cuando veo lo que sucedio en temuco, una de las ciudades mas contaminadas de Chile( por sobre Santiago), de verdad quedo perplejo al saber de que en vez de trasladar arboles al centro de la ciudad se estan sacando del mismo para favorecer un proyecto que solo les servira a un porcentaje reducido de la comunidad, que hacemos nosotros frente a esto???...como se ve nada, pero espero que en un futuro podamos hacer lo mismo que se hizo en mi ciudad y nos unamos todos para poder dar a conocer nuestra opinion de una manera pacifica pero no menos fuerte y segura!!!
ResponderEliminarCuento añejo; siempre es lo mismo, que la ciudadanía no se preocupe, que los estudios de impacto ambiental han prevenido cualquier posible “efecto no deseado” que pueda afectar el ecosistema, la fauna, la flora, los cursos de agua, a las personas que habitan en ese lugar y etc., etc., etc.
ResponderEliminarPero nada, la misma mentira de siempre, nos siguen viendo la cara de zombies despreocupados, (total, en este caso eran un par de viejas que salieron a las calles a reclamar); los millones invertidos producen más empleo en estos tiempos, que unos pocos verdes ecologistas preocupados.
Pascua Lama, Las Represas en Aysén, Alumysa, el ducto de Celco, nuestros arbolitos de la plaza y así tanto otro proyecto que “genera miles de empleos y millones en inversión “y que benefician a “toda la comunidad”.
Está claro que benefician a toda la comunidad. A toda la comunidad que invierte y tiene sus negocios en esas empresas y que lo más probable es que vivan tan alejados de los centros donde se construyen estos “beneficiosos proyectos” que quizás nunca se lleguen a enterar de nuestras viejitas, sus carteles y su tan efímera protesta.